¿Qué buscamos como lectores cuando abrimos un libro de terror? En teoría, la vida ya es suficientemente dolorosa y dramática como para asomarnos a las creaciones que nos hacen pasarlo mal. Parece que lo lógico sería buscar otro tipo de experiencias más agradables o elevadas y, sin embargo, somos legión los humanos que disfrutamos sumergiéndonos entre cementerios, casas encantadas, exorcismos o psicópatas. ¿Por qué? Es un misterio en sí mismo, aunque yo tengo mi propia teoría al respecto.
Si observamos la historia del arte, podemos apreciar que el terror empezó teniendo en la antigüedad un sentido moralizante. Así lo observamos en el pájaro que roe el hígado de Prometeo por haber pretendido éste robar el fuego a los dioses, o también lo vemos en las ánimas impías retorciéndose en el infierno en los pantocrátor medievales. Sin embargo, hubo un momento en el que la representación de lo terrorífico tomó un auge liberador, por un lado, frente al poder omnímodo de la Iglesia, y por otro, frente al racionalismo y cientificismo que acabaron imponiéndose en el siglo XIX. El ejemplo más evidente es el Frankenstein, de Mary W. Shelley, que desafía a la religión y al pensamiento físico mecanicista de la época a partes iguales, al mostrar un científico capaz de crear vida a partir de los muertos.
Pero es que, además, hay un momento en nuestras vidas que a todos, o casi todos, nos encanta, y es en la adolescencia y juventud, que es justamente cuando somos más rebeldes y tendemos a cuestionarlo todo. Luego, la mayoría de las personas madura, sienta la cabeza y abandona el género, y quedamos ya un puñado de desfasados que seguimos disfrutando ahondando en las temáticas truculentas. ¿Será que tenemos alma de adolescente?
Por ello, pienso que nos gusta el terror porque nos pone ante nuestros límites como seres humanos, y nos gusta a los que nos gusta seguir explorándolos, aunque sea en el terreno de la fantasía. A los que sois como yo, os dejo este vídeo de Gafas y Ojeras acerca de la literatura de terror, en tono muy desenfadado y nada académico, que creo que os va a encantar:
https://www.youtube.com/watch?v=3czeGQ_3VI8
¿Y a ti? ¿Te gusta el terror? ¿Por qué? Anímate y déjame un comentario.
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Comentarios
A mí no me gusta tanto el terror como el suspense, la intriga del por qué pasan las cosas que pasan en determinadas circunstancias. Cada persona , en cada situación, con su historia particular y su idea del yo colectivo reacciona ante situaciones límite de una manera distinta y única. Por eso, me gusta la filosofía y la psicología, porque tratan de dar pautas e ideas del pensamiento y comportamiento humanos.
Muchas gracias por tu comentario, Beatriz. A mí también me gusta la filosofía y buscar la explicación al comportamiento humano y a la lógica del mundo. Pero, precisamente por eso, me encanta cuando aparece ese mundo terrorífico o sobrenatural donde las explicaciones racionales no bastan. Cuando aprecias eso en una representación artística, ¿no te gusta, aunque sólo sea un poquito 😉?