Desde muy pequeño me sentí fascinado por el terror. Los cuentos de miedo, las leyendas siniestras, los casos extraños que a alguien conocido le habían sucedido, el escalofrío que me producía algún cuadro o fotografía... Todo ese universo que disfrutaba, a la vez que me aterrorizaba, luego afloraba en las reuniones entre amigos y familiares afines en ese extraño gusto por lo terrorífico.
De joven me dio por escribir mis propios cuentos de terror, con los que experimentaba una doble satisfacción: escribirlo, que era como contarme una historia a mí mismo, y luego darlo a leer. Fui creciendo y evolucionando, pero intento mantener esa misma esencia como escritor. Así que, ya con unos cuantos años más, aquí me encuentro trabajando en sacar a la luz ese libro de relatos que a mí me hubiera gustado leer algún día.
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